1. Consumir alimentos proteicos y especialmente los antioxidantes. Por ejemplo:
Beta caroteno: zanahoria, zapallo, batata, damasco, durazno y espinaca.
Licopeno: tomates, espinacas. Tenga en cuenta que estos se encuentran en más concentración en los vegetales cocidos.
Vitamina E: aceite, frutas secas, semillas y germen de trigo.
Vitamina C: cítricos, tomate, ají y kiwi.
Zinc: carnes
Selenio: pescados, semillas y cereales integrales.
2. Tomar ocho vasos con agua al día, como mínimo, para mantenerse hidratados.
3. Preparar comidas que incluyan salmón fresco, no se recomienda el tipo ahumado por su alto contenido de sal.
4. Evitar el alto consumo de azúcar pues la glucosa en grandes concentraciones interactúa con minerales del cuerpo y forma radicales libres que aceleran el envejecimiento.
5. Eliminar de la rutina diaria tomar refrescos o gaseosas, jugos con elementos preservativos o pasteurizados, así como líquidos con saborizantes químicos.